Participar en Facebook es como estar en una cárcel. El principio básico de una prisión es la vigilancia y de eso hay mucho en esta red social. No lo digo yo. El planteamiento original le pertenece a sociólogos y pensadores que han adoptado una interpretación, digamos que teórica, para interpretar este asunto. A mí me hace sentido. Piénsalo tú.
Cuando creamos nuestros perfiles -a conciencia de que estamos desplegando datos personales que antes se suponían privados- indirectamente hacemos un llamado a los demás usuarios de la red para que nos presten atención, para que dirigan su mirada hacia nosotros. Y esa escena se repite cada vez que subimos una foto, o un vídeo, o actualizamos nuestro estatus en el muro. Es decir, a cada instante estamos diciendo a los Otros: "mírame, que estoy aquí".
El detalle es que, aunque tengamos conciencia de ello, es imposible saber cuándo y quién nos está "vigilando". Y esa es la propuesta que Jeremy Bentham hizo hace tiempo atrás (1971) cuando disenó el Panóptico, modelo de lo que supondría ser la cárcel más segura. En su interior no tenía muros. La vigilancia quedaba interiorizada en el recluso de tal forma que se supiera vigilado en todo momento, sin saber por quién, sin poder ver en ningún momento los ojos del vigilante. La dictadura de la mirada lo controla todo. No hay donde esconderse. ¿Encuentras ahora el parecido con Facebook?
Anders Albrechtslund, un universitario danés, denomina esto como "vigilancia participativa" y lo vincula a la manera de establecer relaciones voluntarias con otras personas, en una especie de exhibicionismo que nos resulta "liberador".
¿Cuándo fue la vez pasada en que visitaste un perfil ajeno para "vigilar" la vida del Otro? ¿Por qué lo haces? ¿Pensaste en que al mismo tiempo, sin tú imaginarlo, alguien probablemente entraba al tuyo para "vigilarte"? No sé si te habías planteado esto, pero lo cierto es que las redes sociales nos permiten nuevas formas de percepción e interacción. Cada vez más, aportan otras dinámicas de relacionarnos sin necesidad de encontrarnos físicamente. Nuestro nuevo modo de interactuar está mediado por la pantalla de una computadora, por los textos y las imágenes. Vivimos a diario una relación social mediatizada por imágenes, tal como planteó Guy Debord en su discurso sobre la Sociedad del Espectáculo.
De eso es que se trata. Facebook es el espacio donde el mundo real se vuelve simples imágenes, pero eso es tema para otra ocasión.
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